Si tienes un perro, probablemente conozcas bien todas sus pequeñas idiosincrasias. Es más que probable que una de ellas sea patear su pierna cuando le rascas un cierto lugar en su estómago. Los dueños de perros de hace mucho tiempo sabrán que casi todos los perros hacen esto. Típicamente ocurre cuando los rascas en un lugar conocido como la región de la "silla de montar", que incluye el vientre, los flancos y la espalda. Algunos patean una pierna, otros patean la otra, y la altura y la velocidad de la patada puede variar dependiendo de donde se rasque y del perro individual. No tiene mucho sentido... patea su pierna aunque no hay forma de que esa pierna pueda llegar a tu mano para hacerla parar. Es gracioso, pero ¿alguna vez te has parado a pensar por qué está sucediendo?
Los perros sacuden o patean sus piernas cuando los rascas por algo conocido como el reflejo de rascar. Es una reacción completamente involuntaria, lo que explica por qué tu perro puede parecer tan desconcertado como tú cuando empieza a suceder. Cuando le rascas o le haces cosquillas en la barriga, le irritas, de la misma manera que lo haría el viento o un bicho. Activa los nervios bajo su piel que están conectados a su médula espinal y transmite un mensaje a los músculos de sus patas para que pateen en un intento de deshacerse del irritante. Por supuesto, usted es el que proporciona la "picazón" y el "rascado", por lo que es un acto completamente inútil.
El reflejo de rascarse tiene un propósito: es lo suficientemente fiable como para que los veterinarios a veces lo usen para ayudar a diagnosticar daños en los nervios o problemas neurológicos. Y aunque lo hemos llamado un irritante, en realidad no está irritando a su perro en absoluto. A la mayoría de los perros les gusta que les rasquen la barriga, así que simplemente muévanse a otro lugar. Si realmente no le gusta, se lo hará saber alejándose. Piense que es similar a nuestro reflejo de rodilla, cuando el médico le da un golpecito en la rodilla y la pierna le da una patada. O cuando rascas a un gato en la base de su cola y su trasero se levanta. Es sólo una de esas rarezas de la anatomía animal.