Un perro bien educado es simplemente un placer de poseer. Eliminan en el lugar correcto, "se sientan" cuando se les pide, "vienen" cuando se les llama, y caminan bien con la correa. 

Los perros no nacen sabiendo todas estas cosas, por supuesto. Depende de ti enseñarles las reglas correctas y los límites apropiados para que sean un placer, no un demonio, con el que vivir.

Los perros pequeños son más entrenables que los grandes

"Es muy fácil perdonar ciertos comportamientos en un perro pequeño simplemente porque puedes sacarlo más fácilmente de una situación", dice Karen Wild, una entrenadora de perros veterana en Inglaterra. "Sin embargo, advierto a los dueños de perros pequeños que ignoren el entrenamiento por su cuenta y riesgo."

Cuando se trata de la capacidad de entrenamiento, el tamaño realmente no importa. Todos los perros, desde las razas de trabajo hasta los de juguete, aprenden exactamente de la misma manera. En pocas palabras, si un perro hace algo y le da lo que quiere, continuará haciéndolo. Por lo tanto, si su cachorro quiere su atención, por ejemplo, puede saltar sobre usted porque ha aprendido que usted lo acariciará.

Diane Podolsky, de The Cultured Canine, un centro de entrenamiento especializado en perros pequeños de Nueva York, dice que los perros sanos física y mentalmente, de cualquier tamaño, son los más fáciles de enseñar porque están motivados por una mayor variedad de alimentos, juguetes y actividades favoritas.

"La motivación es el motor del aprendizaje", explica Podolsky. "Sin motivación, muy poco o nada de aprendizaje tendrá lugar".

Mediante el uso de métodos de entrenamiento positivos (es decir, métodos sin dolor y sin fuerza) los perros se dan cuenta rápidamente de que al cooperar con la gente obtienen todo tipo de cosas maravillosas: comida deliciosa, largos paseos, juguetes chirriantes y mucha atención. 

Comunicar claramente lo que quieres que tu perro haga es vital. Por eso es importante obtener orientación profesional, al menos al principio. Unas cuantas sesiones de grupo o privadas con un entrenador de perros experimentado pueden enseñarle las habilidades necesarias.  

Cómo difiere el entrenamiento de los perros pequeños

El entrenamiento de las razas más pequeñas difiere de las más grandes en algunos aspectos. Por ejemplo, las cacas de tamaño medio tienen barriguitas, por lo que las sesiones de entrenamiento con comida deben ser muy cortas (cinco minutos o menos) para que no se llenen y pierdan el interés.

"Cuando se entrena a un maltés o a un chihuahua, hay que tener cuidado de no desperdiciar ni una sola croqueta porque algunos de estos pequeños perros sólo comen un cuarto de taza de comida al día", dice Podolsky.

Llegar hasta abajo para dar golosinas puede ser físicamente difícil para algunas personas, así que Wild, el entrenador de perros británico, recomienda colocar las razas de juguete en una superficie elevada durante el entrenamiento.

Si bien enseñar las órdenes básicas de obediencia es beneficioso, también es muy importante, señala, acostumbrar a los perros pequeños a ser acariciados por extraños.

 "Después de todo, todo el mundo se detiene a mirar y acariciar a un perro pequeño... y normalmente sin preguntar", dice Wild. "Esto puede ser percibido como altamente amenazante para un perro que no está acostumbrado a tal comportamiento".

Posibles obstáculos

Si el entrenamiento no va bien, no asuma que su perro está siendo rencoroso o estúpido. Una condición médica subyacente o un problema de comportamiento podría ser la causa.

Podolsky recuerda el Shih Tzu de un cliente que luchó por retener información, aunque pasó por incontables repeticiones. Sospechando que algo andaba mal, sugirió una visita al veterinario, quien le diagnosticó al perro una enfermedad transmitida por garrapatas. Después de unas semanas de tratamiento, la capacidad de aprendizaje del pequeño volvió a la normalidad.

Otro posible obstáculo en el entrenamiento que tanto Podolsky como Wild señalan es la falta de socialización adecuada antes de que el cachorro cumpla 14 semanas de edad. La socialización consiste simplemente en presentar al cachorro a nuevas personas, lugares y cosas para que no tenga miedo o ansiedad más adelante como adulto con nuevas experiencias.

"Podemos enseñar a los perros a 'sentarse' cuando tienen 5 años", dice Podolsky. "Pero si no aman a la gente... si no fueron correctamente socializados cuando eran muy, muy pequeños... no puedo arreglar eso."